ACTUACIÓN PÚBLICA:
CONDUCTAS REACTIVAS, PROACTIVAS Y ESTRATÉGICAS
El
profesor Antonio Ares señala que la conducta reactiva es inadecuada pero no es
una conducta dañina sino que es insuficiente por su falta de adaptación al
entorno actual y a su proyección hacia el futuro; sin embargo, con la conducta
reactiva se afrontan los problemas y las dificultades que no se pueden prevén,
se activa ante las dificultades y ante los errores. En cambio, la conducta
proactiva es aquella que se anticipa, que prevé las consecuencias, riesgos y as
oportunidades. Es un comportamiento que se adelanta y cambia el curso de los
acontecimientos. En consecuencia, la conducta reactiva no es contrapuesta a la
conducta proactiva, sino que ambas pueden complementarse.
En
la actualidad, la globalización y el mundo cambiante exigen la necesidad de
renovar, de prever, de imaginar y de anticiparse; es decir exige
comportamientos proactivos. El pensamiento proactivo hace a las personas
conscientes y les ayuda a elegir la alternativa correcta y realizar la conducta
adecuada; las hace más sensibles para captar indicadores o estímulos de la
realidad que le permitan buscar las mejores opciones de respuesta para
cambiarla; le ayuda a comprometerse con sus acciones; cuando esto ocurre
estamos hablando de conductas estratégicas.
Por
tanto, se puede decir que la proactividad capta diferentes posibilidades,
permite interactuar con otros, se dirige a metas y objetivos propuestos y
permite que la persona asuma su responsabilidad y que se comprometa con cada
acción; en suma, es una conducta que tiene que ver con la propia posición y con
la de los demás, prevé las posibles consecuencias, y posibilita evaluar
diferentes alternativas.
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