En este
post responderemos y reflexionaremos en torno a las preguntas del Profesor
Bernabé Aldaguer sobre los lobbies en las instituciones públicas: Si debería
permitirse o no el reconocimiento de los lobbies en las instituciones públicas
y qué intereses que pueden haber para que se regulen o para que no se
produzcan.
Un lobby generalmente
es un equipo especializado en presión política que es financiado por multinacionales
que influyen sobre las decisiones de los gobiernos especialmente locales,
estatales y regionales. No obstante, se sabe que los más poderosos son los
industriales, es decir los lobbies de las grandes multinacionales o de los
grandes bancos. Se sabe que en Bruselas hay una gran cantidad de lobbies, alrededor
de unos 600 grupos de presión, especialmente de financieros, que emplean
lobistas para influenciar sobre las políticas económicas que se plantean en
Bruselas; esta incidencia afecta especialmente a nivel local. En España los
lobbies son las transnacionales españolas que presionan al Gobierno español e
incluso a la Unión Europea en la toma de decisiones.
Existen diferentes opiniones sobre si los lobbies deberían
permitirse o no. Al respecto podemos decir que teóricamente un lobbie puede ser
positivo, ya que puede aportar una serie de propuestas y acciones a los
políticos para fomentar el desarrollo; es decir, serían una especie de asesores
del Gobierno; no obstante, el trasfondo es que estas propuestas se plantearan
en función del interés de cada multinacional, banco o de las grandes empresas
financieras, y precisamente este es el lado negativo.
A manera de ejemplo, mencionamos uno de los casos que más revuelo
ha causado en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea de Luxemburgo es el
del caso de la Comisión Europea contra Microsoft por el abuso de posición
dominante en el mercado de dicha multinacional. Si bien se impusieron varias
multas a la gigantesca empresa norteamericana por un valor de 1700 millones de
euros; Microsoft con todo el equipo de abogados que tiene evitó pagarlas. Este
caso es una imagen delo que pasa en las instituciones no solo europeas, sino
del mundo donde los lobbystas, quienes influyen, informan o aconsejan en función
de sus propios intereses a los diferentes estamentos que toman las decisiones.
En Europa existe, desde 2015, un nuevo Registro de Transparencia
que ha introducido cambios en las declaraciones de los recursos humanos
adscritos al ejercicio de actividades presión y sobre actos legislativos
tramitados. Actualmente existe una consulta abierta por la Comisión Europea
para que el registro sea obligatorio en todas las instituciones europeas.
Sin embargo, pensamos que hace falta una mayor y mejor
legislación nacional, que transparente la actividad de os lobbies. La Comisión
Nacional del Mercado y la Competencia ha puesto un registro voluntario para que
todos los ciudadanos conozcan exactamente qué tipo de relación tienen los
grupos de presión. Asimismo, en España, varias comunidades autónomas como
Cataluña, Madrid, Castilla La Mancha y Aragón ya han tomado la iniciativa en la
realización de registros voluntarios.
En el siguiente enlace se puede ver una reflexión interesante
sobre los lobbies en España publicado por el Diario ABC.
http://www.abc.es/economia/abci-espana-sigue-sin-regular-lobbies-mientras-aumenta-control-201603211112_noticia.html
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